Para algunas personas, cocinar es una especie de terapia: preparar la vajilla, reunir todos los ingredientes necesarios y sumergirse en una receta cuidadosamente elaborada puede ser a veces el momento perfecto.
He aquí algunos consejos que le ayudarán a convertirse en un experto en su propia cocina.
Desglase siempre la sartén. Se trata de una técnica tradicional francesa que es mucho más fácil de lo que parece. Después de freír el producto, vierta líquido frío o a temperatura ambiente (vino, caldo, agua) en la sartén y raspe los trocitos caramelizados pegados al fondo. Lo único que te queda es un jugo increíble y delicioso que puedes utilizar como condimento para tu plato.
Si las instrucciones del paquete dicen que hay que cocer la pasta durante 8 o 9 minutos, cuécela 2-3 minutos menos. Sécala antes de añadirla a la salsa. Asegúrate de que la salsa quede un poco fina (o añade el agua en la que se ha cocido la pasta) para que absorba todos sus sabores. Y lo más importante, no tengas miedo de comer la pasta al dente, muy italiano.
El secreto de una carne tierna y jugosa es que su tiempo de mantenimiento tras la cocción sea igual al tiempo de cocción. Al mismo tiempo, envuelva la carne en papel de aluminio para que la sangre que ha fluido al centro de la carne durante la fritura pueda volver a los bordes, y su trozo de carne quedará perfecto.
Termine el risotto con un par de gotas de zumo de limón fresco (remuévalo para distribuirlo uniformemente) para darle una sutil acidez; ésta es una de las mayores lecciones que me enseñó mi abuelo Vittorio.
Al cocinar con especias secas, es fácil quemarlas. Una buena forma de evitarlo es mezclar todas las especias con un par de cucharadas de agua para evitar que se quemen.
Cualquier pescado puede cocinarse rápida y fácilmente envolviéndolo en papel de aluminio con un poco de sal, cebolla fresca, hierbas aromáticas y un chorrito de aceite de oliva. Sólo se tarda unos minutos en el horno, pero este método mantiene el pescado húmedo, crea un gran sabor y permite cocinar sin hacer un desastre en la cocina. Añade patatas cocidas y una pequeña ensalada y tendrás una comida contundente.
Si quieres hacer pasta fresca en casa, añade siempre más yemas que claras. Si en una receta se piden cinco o seis huevos enteros por cada 600 g de harina, utiliza en su lugar cuatro huevos enteros y dos yemas. Las yemas extra ayudarán a que la pasta quede apetitosa y firme. Y para no desperdiciar las claras sobrantes, añádeles un poco de azúcar y prepara un merengue casero para el postre.
La clave para un pollo estupendo es ensuciarse las manos y frotar el adobo sobre el pollo hasta que quede completamente cubierto. A continuación, ponlo a enfriar en la nevera durante al menos tres o cuatro horas, pero para obtener mejores resultados, déjalo marinar toda la noche.
Para que tus postres sean más sanos, sustituye 3/4 de la nata de la receta por claras de huevo batidas (que mezclarás delicadamente con la nata restante). Esta técnica hará que tus postres sean ligeros, ligeros y deliciosos.